DECLARACION DE PAZ
6 de agosto de 1995

Estamos a medio siglo del día en que Hiroshima fue devastada por la bomba atómica. Al tiempo que recuerdo aquel fatídico día, ruego por el descanso de las almas de todos los que murieron y sufro por las dificultades que afrontan los hibakusha o sobrevivientes de la guerra. No puedo hacer otra cosa que repetir en los términos mas enérgicos que la posesión y construcción de armas nucleares constituye un crimen para la humanidad.

A través de estos 50 años, hemos difundido por todo el planeta lo que el poder devastador de una bomba atómica puede lograr, particularmente el daño de la radiación, siendo plenamente conscientes que las armas nucleares deben abolirse por completo. Lamentablemente, el mundo aun esta lleno de incomprensión entre las naciones y de grandes arsenales nucleares, creando una formidable barrera a nuestras intenciones. Es profundamente reprochable que algunas personas vean la posesión de armas nucleares como símbolo del poder de una nación.

El armamento nuclear es claramente inhumano y una violación de la ley internacional y en tanto y en cuanto estas armas existan es inevitable que el horror de Hiroshima y Nagasaki se repita, en algún lugar, en algún momento, en inevitable afrenta contra la humanidad misma.

Si la humanidad quiere mantener la esperanza en el futuro, debemos actuar ahora con coraje y decisión para alcanzar un mundo libre de armas nucleares. Como primer paso, reclamamos una inmediata y total prohibición de las pruebas nucleares y el establecimiento de una nueva zona libre de poderío nuclear en la zona del Pacífico Asiático. De acuerdo con los ideales pacifistas de nuestra Constitución y proclamando a la comunidad internacional los tres principios antinucleares: de la no posesión, no fabricación y no introducción, el gobierno japonés deberá tomar el liderazgo por lograr la abolición de las armas nucleares. Asimismo, también reclamamos por los sobrevivientes quiénes siguen ansiosos esperando ver cuando Japón aprobara la Ley de Indemnización a los Sobrevivientes para lograr un futuro mejor.

La posesión de armamento nuclear no es garantía para la seguridad de una nación. Por el contrario, la proliferación de armas nucleares, la transferencia de su tecnología y el almacenamiento de material radioactivo son todas amenazas a la supervivencia del genero humano. Asimismo la supresión de los derechos humanos, la desnutrición y el empobrecimiento, los conflictos regionales y la destrucción del medio ambiente atentan contra la paz mundial.

Esta es una era en la que debemos pensar en la seguridad del globo terráqueo. Es tiempo de fomentar la solidaridad humana para que trascienda las fronteras de las naciones, de unir nuestras fuerzas y de trabajar juntos para establecer un mundo en paz.

A 50 años del fin de la Segunda Guerra Mundial es importante mirar la severa realidad de la guerra, tanto de los agredidos como de los agresores, de modo de conseguir una cabal comprensión de la historia. El sufrimiento de todas las victimas de la guerra indudablemente hiere nuestros corazones y por lo tanto queremos disculparnos por el inconmensurable sufrimiento que la dominación colonial japonesa y la guerra descargaron sobre tanta gente inocente.

La memoria es el punto donde confluyen el pasado y el futuro. Aprendiendo con respeto las lecciones del pasado, queremos grabar a fuego la miseria de la guerra y del bombardeo atómico en las generaciones de nuestros jovenes, que serán los dirigentes del mañana. Del mismo modo también necesitamos enfatizar los aspectos humanos relacionados con la educación como fundamento para la paz. Solo cuando la vida y los derechos humanos estén en perfecta armonía, los jovenes podran disfrutar de su vida con esperanza sin límites.

En esta ceremonia conmemorativa del quincuagésimo aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima, es mi deseo tanto rendir mis sinceros respetos por el descanso eterno de las victimas así como declarar nuevamente mi determinación de enfocar las energías de la gente de Hiroshima hacia la edificación de un mundo en paz.

Takashi Hiraoka
Alcalde de Hiroshima


Spanish version revised by Jorge Plano <plano@dinpri.gov.ar> (Thanks Jorge)

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